Si algún hilo sobresale de la superficie de la felpa, no tire de él, córtelo al mismo nivel que el resto.
Es aconsejable pasar el aspirador dos veces por semana. La última pasada con el aspirador siempre deberá ser en la dirección de la felpa.
Nunca debemos dejar que una mancha se seque. Tenga en cuenta que si actúa con rapidez desaparecerán la mayoría de las manchas.
La primera operación será absorber los líquidos con papel absorbente o con un trapo blanco limpio.
Los sólidos deberán rascarse con la punta de un cuchillo o con una cuchara.
Debe trabajarse siempre desde el borde hasta el interior de la mancha para que esta no se extienda. Aplicar pequeñas cantidades del producto limpiador para no mojar excesivamente la moqueta. Entre una y otra aplicación, secar con papel o tela absorbente bien limpia. No frotar las manchas; la frotación extiende la mancha y deforma la felpa. Debe actuarse a base de ligeras presiones.
Después, aclarar la zona afectada con agua limpia templada y colocar papel absorbente blanco sobre el área tratada, con un peso encima hasta que se seque.
Hay algunos líquidos que son casi imposibles de eliminar. Los derramamientos más peligrosos para las moquetas son el café, té, grosellas, zumos de fruta, tinta y vino tinto. La penetración dentro de la fibra de la moqueta es más rápida y permanente cuando se trata de un líquido caliente o ácido, como el café.
La lana no propaga la llama. No se inflama. Los residuos dejados por las puntas de cigarrillos deben eliminarse frotando la parte carbonizada con una superficie dura (por ejemplo el canto de una moneda o un cuchillo) y pasar posteriormente el cepillo.
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